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Que coman pasteles

Qu’ils mangent de la brioche” es la frase que Rousseau atribuye a “una gran princesa” y que, según se afirma popularmente, María Antonieta dijo al saber que los campesinos no tenían pan. De algún modo reflejaría la indiferencia de la reina hacia los campesinos o, bien, el conocimiento escaso de su situación. Al mismo tiempo, esa frase concurre con aquélla de don Porfirio Díaz cuando alguien le alborotaba el gallinero: “ese gallo quiere mais [sic.]”.11 En seguida, el presidente lo apaciguaba dándole algún cargo público. Ambas frases adquieren otra dimensión si leemos a Steven Pinker en su libro The Better Angels of Our Nature, que dice:

Algunas cosas que suenan emocionantes, como la independencia instantánea, los recursos naturales, el marxismo revolucionario (cuando es efectivo) y la democracia electoral (cuando no lo es) pueden aumentar las muertes por violencia, y algunas cosas que suenan aburridas, como la aplicación efectiva de la ley, la apertura a la economía mundial, las fuerzas de paz de la ONU y Plumpy’nut, pueden disminuirlas.

Tal vez si se hubiera hecho caso a María Antonieta o a don Porfirio, y si los gobernantes hubiesen repartido el “Pastel, el mais* o el plumpy’nut” político, Francia, México, Rusia y Cuba se hubieran librado de Revoluciones terribles y sangrientas.


*Nota del editor: el autor escribió intencionalmente mal la palabra (mais en lugar de maíz), pues, como revela la nota número 11 en la página principal, trata de imitar irónicamente a Porfirio Díaz.

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