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Acerca de Formas Nómadas


Sobre la estructura

Formas Nómadas es una revista digital e independiente que se publica cuatrimestralmente para discutir sobre cultura, arte y crítica. Para tal propósito, cuenta con tres secciones:

  • Siluetas hace un acercamiento a algún personaje, ya sea por medio de un homenaje, una reflexión o una entrevista.
  • Formas críticas corresponde a la sección experimental, en que cada número se explora un tema distinto por medio del ensayo, la creación literaria o algún otro género producto de un experimento.
  • Formas sin contorno atañe a la sección miscelánea, donde se discuten diferentes tópicos a propósito de la cultura y el arte, además de fomentar la creación literaria, como cuento o poesía.

Manifiesto

Por razones diversas, como la celeridad de la vida o la algarabía de opiniones, el mundo se ha vuelto un lugar en el que resulta difícil, cuando no imposible, tener claridad sobre cualquier tópico. En esa vorágine, la certezas se complican, sobre todo aquellas que nos exige el pensamiento de la modernidad desde hace varios siglos: categóricas, rígidas, absolutamente congruentes y capaces de examinarlas hasta sus detalles más finos. Este afán nos ha conducido muchas veces al absurdo, como el desarrollo de herramientas intelectuales, técnicas o morales que resultan inquietantemente sofisticadas y que terminan por exponer nuestros delirios modernos. Hemos querido entender al mundo sin antes saber cómo lo entendemos —aún menos, qué significa entenderlo—.

Nuestra condición humana nos hace obsesionarnos con aquello que llamamos verdad. Los valores y las expectativas que depositamos en ella son, sencillamente, exorbitantes, y aunque no parezca del todo convincente, a menudo necesitamos de alguna. Desde luego que no es un agravio ni resulta vano querer alcanzar la verdad, cualquiera que sea el ámbito que se discuta, pero a menudo nos confundimos: aludimos como verdadero aquello que sólo es una propuesta para explicar algo o una interpretación verosímil de la realidad. Cuántos problemas suscita exaltar un planteamiento por encima de otro no como valoración o apreciación, sino como veredicto y resolución. Recalquemos: confundimos lo verdadero con lo verosímil.

La obsesión por la verdad y la dificultad de conseguirla, desde luego, conducen a emociones exacerbadas —apatía, furia, desesperanza—, y el vuelco consecuente a las escisiones sociales. Quizás la verdad no sea más que un planteamiento que, dentro de ciertos márgenes, sobre todo éticos, nos permita tener una vida regularmente próspera —cuando menos no tan funesta—. Habrá que comenzar por reconocer que describir al mundo es, de algún modo, crearlo: al encasillarlo en palabras o al ajustarlo a las posibilidades de nuestro pensamiento, buena parte de su forma está cercada por el lenguaje, la comunicación y, por supuesto, algo de imaginación. Eso es, a un tiempo, condena y redención: el significado no cesa, pero tampoco su interpretación. Más que verdades cerradas, hay puntos de vista, interpretaciones, representaciones.

A lo largo del tiempo, la verdad ha mostrado diferentes formas. A veces se desvanece y parece que se fuga: estaba cambiando de aspecto. Tomó la forma de un programa teológico, de una mitología tallada en piedra, de un científico recibiendo el premio Nobel. Se afirma, se reniega y, cuando deja de bastar, busca refugio en los caprichos de la imaginación. Después de un tiempo, asesta sus formas pasadas, las injuria y promete que, en un futuro próximo, revelará su forma definitiva. Pero será un esfuerzo inútil. Inmiscuida en reproches y elogios, quien no reconozca su éxtasis la recudirá a una patraña o un engaño. Lo mismo da: al rato aparecerá con otra forma. Instante y permanencia, movimiento y quietud: la verdad siempre se nos revela, más que como el desenlace de la historia, como un argumento para producir sentido.

Ésta es, por tanto, una oportunidad para salir de los convencionalismos y formalismos de las instituciones contemporáneas, esa camisa de fuerza que, si bien es necesaria, resulta en ocasiones limitante. Entendemos que las formas de interpretar y expresar la realidad son inagotables, así que nos inclinamos por: a) experimentos formales de escritura que en otros medios resultarían imposibles; b) interpretaciones alternativas de temas convencionales, y c) contienda a la jerarquización de saberes y disciplinas. Reconocemos que hay verdades valiosas en los símbolos, en el arte y, en fin, en todas las formas como se expresa la cultura, además de aquellas pequeñas intuiciones que se asoman involuntariamente en la vida cotidiana.

Buscar verdades: buscar el placer: buscar el mundo. Qué es la verdad sino el placer de encontrar el sentido del mundo sin la angustia de perderlo al instante siguiente. De nueva cuenta, más que una verdad en forma, hay formas nómadas.

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